La Relación Contigo Mismo en la Era de la Tecnología Digital

La tecnología digital se ha convertido en la nueva forma de crear cultura y, en la actualidad funciona como un ente que facilita tanto la unión como la separación, generando conflictos en el mundo de las relaciones.

El Viernes 9 de febrero, la Activación se centrará en limpiar la mirada, buscando desintoxicar la percepción actual para poder ver con claridad a través del velo de la tecnología. El objetivo es aligerar los ojos, la glándula pineal, la base del cráneo, la zona de la garganta, el abdomen y el centro sexual.

Reivindicando el Arquetipo de Jesús y María Magdalena

El Sábado 10 de febrero se enfoca en las relaciones humanas, incluyendo las relaciones de pareja y la relación con uno mismo. Trabajaremos en la mirada ancestral de estas relaciones, buscando limpiar las distorsiones y memorias asociadas a la relación Jesús y María Magdalena.

En este día, removeremos profundamente todas las distorsiones y tergiversaciones de la historia que impiden que los seres humanos entren en contacto con la alta frecuencia de las Relaciones Armónicas y la Pareja Armónica.

Otro punto de atención de este día es la relación con lo nuevo, abriremos la posibilidad de conectar con la paz y calma de los primeros tiempos de las Relaciones Armónicas, hace 3600 años. Esto lleva al ser humano a un estado de total calma y sincronicidad con el mundo.

Abundancia a partir de las Relaciones Armónicas

Cuando se establecen relaciones armónicas, naturalmente emerge la abundancia.

El día Domingo 11 de febrero se trata de tener una relación total con la vida y sentir esperanza en el mundo y en nuestro propio aporte a él. Actualmente nos sentimos desconectados y frustrados, creyendo que nuestros esfuerzos son insignificantes. Haber limpiado nuestra mirada termina con la acción de resistirnos a lo que está sucediendo, enfocándonos en cómo podemos aportar positivamente al mundo, lo cual es la base de la abundancia.

Daremos al mundo desde nuestra alta frecuencia. Esto nos permite ver al mundo con esperanza, asumiendo nuestra responsabilidad en coherencia con el rol que vinimos a desempeñar en la vida.

A partir de esta activación, nuestra relación con el mundo cambia al reconocernos que somos parte de él y ofrecemos nuestro recurso. Esto trae paz, coherencia y una sensación de presencia divina.

Este estado de calma nos permite ser conscientes del presente y crear un futuro magnífico.