El arte de reprogramar el inconsciente para acceder a la Abundancia
Si, la acción es aprender a reprogramar el inconsciente o la conciencia del ego, pero, los seres humanos en general no saben que la clave de todo lo que nos ocurre está en nuestro inconsciente.
El mundo de las neurociencias sabe que la mente en su aspecto subconsciente es 5000 veces más poderosa que la mente consciente.
Si seguimos la obra del Dr. Bruce Lipton, nos dice que el inconsciente crea el 95% de nuestra realidad sin que nosotros podamos hacer algo al respecto, pues tenemos un cerrojo que no nos da acceso a nuestro inconsciente, hasta aquí llega la neurociencia.
En Alineación Consciente sabemos que este 95% se extiende hasta el 98% y solo queda un 2% de nuestra mente consciente para crear y manifestar abundancia.
Y con esta ecuación, ocurre lo siguiente: si queremos crear abundancia de dinero, por ejemplo, nos llenamos con miles de afirmaciones, ejercicios de creación visual, nos cargamos con cientos de planes y acciones, pero obtenemos pocos o nulos resultados
¿Qué está ocurriendo? Ocurre que solo accionamos desde nuestro 2% consciente y racional. No nos damos cuenta que al mismo tiempo que nuestro inconsciente (98%) tiene cargado programas obsoletos de escasez.
Programas como…
- “Yo pobre de mí no puedo, hago de todo para que ocurran cosas y siempre me sale mal, es injusto”. Esto es un programa de escasez dominado por el principio de desequilibrio económico de injusticia.
- “Nací en una familia pobre, moriré pobre, así son las cosas”. Esto es un programa de escasez dominado por el principio de desequilibrio economico de esclavitud.
- “No hay suficiente para andar por ahí en la vida, no todos pueden lograr tener riqueza”. Esto es un programa de escasez dominado por el principio de desequilibrio de preocupación.
- “Más de cualquier cosa es mejor de lo que ya tengo” o “Quiero algo mejor o más cantidad que lo que tiene mi vecino”. Esto es un programa de escasez dominado por el principio de desequilibrio económico de comparación.
Bernard Lietaer, ex-funcionario senior del Banco Central Belga y uno de los principales arquitectos del euro como moneda, dice que el miedo a la escasez está programado;
“La escasez no existe en la naturaleza, ni siquiera en la naturaleza humana. Es producto del sistema monetario en el que nos movemos, y hemos estado inmersos desde hace tanto tiempo que esas sombras se han convertido en algo imperceptible para nosotros. Hemos aprendido a considerarlas como un comportamiento legítimo y normal”.
Bernard Lietaer
Concluye que el sistema económico de Adam Smith podría describirse de forma más precisa como la repartición de recursos escasos a través del proceso de avaricia individual.
De hecho, todo el proceso de la “moderna” economía de Smith encuentra sus raíces en los miedos primitivos de escasez y avaricia, y la herramienta de implementación para todo esto, es decir, el proceso por el cual esto se hizo una realidad, fue el dinero.
Cuando dejamos atrás la sombra de este sistema distorsionado y obsoleto, así como el escenario mental que lo genera, descubrimos lo siguiente:
“La escasez no existe, solo es un programa que nos hemos autoinfligido”
ARIEL MONSERRAT
Independientemente de cualquier cantidad real de recursos, se trata de un sistema falso de supuestos, opiniones y creencias que no han sido cuestionadas y desde el cual percibimos el mundo como un lugar en el que vivimos bajo el peligro constante de no satisfacer nuestras necesidades.
Así que este conglomerado de creencias (son solo eso) grabadas en nuestro inconsciente son las que determinan nuestra realidad.
Sin hacer mucho esfuerzo nuestro inconsciente (98%) manifiesta la escasez a pesar de nosotros estar trabajando intensamente con el 2% de nuestra mente racional para lograr una vida abundante y próspera.
¿Podemos acceder a nuestro inconsciente para programar nuestro sistema de creencias?
¡Claro que sí, para eso llegaste hasta este punto!
Toda la acción es poder alinear la frecuencia correcta con el aspecto que queremos resolver y listo, asunto resuelto.
Cuando todos nuestros aspectos de vida están alineados a la frecuencia correcta no hacen más que manifestar lo que existe en esa frecuencia, manifestamos lo positivo para que la vida siga existiendo.
Pero si estamos conectados a frecuencias incorrectas, a bajas vibraciones, manifestamos lo negativo, lo que va en contra de la conservación de la vida.
ARIEL MONSERRAT
Desde la física cuántica se hizo un experimento, “El doble espacio”, que muestra cómo el pensamiento de un observador modifica la realidad de la materia.
Aquí cabe una aclaración muy importante, pues este experimento se realizó ignorando algunos datos y se informa que el pensamiento racional (2%) modifica la realidad, lo que modifica la realidad es el sistema de creencias escondido en el inconsciente (98%).
Esta aclaración es fundamental porque a simple vista todo hace suponer que con un simple pensamiento racional modificamos nuestra realidad y esto en nuestros días está provocando una pandemia de desilusión, pues estamos todos los días repitiendo afirmaciones y los resultados de modificación de nuestra realidad no llegan.
Entonces, la frecuencia energética grabada en el observador hace de generador de contexto.
El objetivo era analizar a nivel atómico la dirección de las partículas. La primera vez el experimento se hizo sin que un observador esté presente, no hubo resultado aparente para quienes analizaron el experimento, pero sí lo hubo, el resultado fue la neutralidad.
Se repitió el experimento poniendo a un sujeto como observador, en este caso, el resultado fue diferente, ya no había neutralidad, se probó cientos de veces y el resultado era el mismo, el sistema de pensamientos del observador grabado en el inconsciente actuaba sobre la materia a nivel cuántico.
También, existe un experimento más cercano a nuestra vida cotidiana, el Dr. Masaru Emoto fue conocido por demostrar cómo nuestras intenciones pueden modificar el orden de las moléculas de agua. Emoto ya no habla de pensamiento, habla de intención y con esto empieza a acercarse más a lo que realmente modifica nuestra realidad.
El experimento consiste en tener 3 (tres) frascos de vidrio. A uno de los frascos le pone una etiqueta con la palabra amor, a otro la palabra indiferencia y a otro la palabra odio. 3 (tres) frascos, 3 (tres) intenciones (energía) con la posibilidad de manifestar algo. Siguiendo un protocolo y con la intervención de colaboradores se fue trabajando en aplicar esas intenciones.
Luego de someter al agua a un determinado proceso y aplicar una intención, se hizo la acción de congelar el agua para luego sacar fotos a nivel molecular. Fue todo un descubrimiento, el agua “amor” expresaba cristales hermosos y perfectamente armónicos, el agua “indiferencia” expresaba cristales poco vistosos y con signos pocos simétricos… Y el agua “odio”, bueno, eso fue un desastre total: los cristales estaban rotos, incompletos y tenían un tamaño diminuto en contraste con el agua “amor” cuyo cristales crecían y crecían.
¿Qué ocurrió? Simple, en el frasco agua “amor” se alineó una frecuencia alta, la cual construye la vida, en cambio en los otros dos frascos se impregnó una frecuencia baja que poco ayuda al sostenimiento de la vida.
Nosotros: ¿podemos hacer esto para nuestra vida? Si, pero necesitamos entrenarnos para ser expertos en el arte de programar nuestro inconsciente.
¿Cómo usar los protocolos de Alineación Consciente para manifestar abundancia?
Aquí entró en escena como un colaborador en esta primera etapa, con el plan de proporcionar protocolos de Alineación Consciente que van a llevar los aspectos más importantes de tu vida a frecuencias correctas.
La invitación es que veas este video de ¡Hola Abundancia!, con el que podrás experimentar cómo se reprograma el inconsciente y se produce un cambio permanente. Vivirás en tiempo presente la grandiosidad que eres al poder reconocerte en alta frecuencia, esto va a significar hacer pie en una base sólida y desde este punto tomar acción desde tu dignidad.
Este aspecto, el autoconocimiento personal, es un recurso en sí mismo, que vivido en la frecuencia correcta hace acciones para mantener la vida y manifestarse tal como es, abundante.